miércoles, 13 de febrero de 2013

FBI/US ATTORNEY


Something about you.
El destino ha vuelto a reunir a dos enemigos jurados. . . 
De todas las habitaciones alquiladas por todos los políticos adúlteros en Chicago, la Ayudante del Fiscal de EE.UU. Cameron Lynde tuvo que elegir una junto al 1308, donde un apasionado e intenso affaire termina en derramamiento de sangre. Y de todos los agentes del FBI en Illinois, tenía que ser el agente especial Jack Pallas, a quien se le asigna este homicidio de alto perfil. El mismo Jack Pallas, quien todavía culpa a Cameron por una ofensiva fallida ocurrida tres años atrás, y que casi arruina su carrera….
. . . Uno en los brazos del otro
¿Trabajar con Cameron Lynde? ¿Están bromeando? Tal vez, Jack piense, que esta es una especie de broma de bienvenida después de regresar de su estadía fuera de Chicago. Pero no es ninguna broma: la pareja va a tener que dejar su pasado a un lado y enfocarse en el caso que los ocupa. Es decir, si ellos logran ponerse de acuerdo y sofocar la llama de su fuerte y apasionada tensión sexual…
La ayudante del fiscal Cameron Lynde solo quiso mimarse un poco cuando se registro en un hotel de lujo mientras esperaba que terminaran de renovar sus pisos en su departamento. En su lugar, ella termino siendo testigo de un asesinato. Y para peor, encuentra que su némesis, el agente del FBI, Jack Pallas está asignado al caso. Ahora ellos tienen que trabajar juntos para resolver el asesinato antes de que el asesino se entere de que ella es una testigo.
Este romance es a tal grado entretenido, un refrescante ejemplo de una novela que crea simpáticos personajes creíbles  que se comportan de forma lógica, franca. Cuando Cameron es testigo del asesinato, ella no argumenta que puede cuidarse sola, sino que en cambio acepta la protección del FBI. Apesar de un malentendido en su pasado, ellos son profesionales y trabajan juntos sin mezquinas discusiones. Cuando hay una oportunidad de aclarar el malentendido, los personajes la aceptan. Ellos construyen una relación en base a la comunicación, la confianza y el respeto, haciendo de esta novela romántica contemporánea una ganadora.



A lot like love:

Jordan Rhodes es hija de un multimillonario y dueña de una tienda de vinos. Nick McCall un agente del FBI que está investigando al rico propietario de un restaurante sospechoso de blanquear dinero para la mafia. Por azares del destino, Jordan se ve involucrada en la investigación para ayudar a sacar a su hermano de la cárcel  una investigación que se complica a cada momento y que obligará a ambos a representar el papel de una pareja en medio de una apasionada relación. 

PROXIMAMENTE
A lot like love

Cuando Rylann Pierce, la nueva ayudante del fiscalía del distrito de Chicago, y Kyle Rhodes se encuentran en la sala de juicio hay algo latente entre ellos. Y no por una cuestión legal ni judicial. Es algo que no pasa inadvertido para los ojos más atentos y perspicaces. Pero, en realidad, nadie conoce su historia porque ese día en el juicio no es la primera vez que se ven.

Fue años atrás, mientras estudiaba en la universidad, cuando una joven y ambiciosa Rylann conoció al hijo del billonario informático más célebre del país. Ni siquiera el carácter inquisitivo y un poco férreo de Rylann, que ya entonces tenía las ideas muy claras de lo que quería hacer con su vida, lograron ahuyentar a Kyle que, tras un arduo esfuerzo y pulla verbal incluida, la invitó a cenar.

Rylann aceptó, pero al día siguiente Kyle no se presentó.

Pese a ello, cuando nueve años después vuelven a encontrarse, Rylann como representante de la fiscalía, Kyle como el acusado y ex-presidiario, la atracción surge de nuevo.

Ahora, las vidas de ambos son muy diferentes aunque, tal vez, en el fondo no han cambiado demasiado.

Rylann sigue teniendo las ideas muy claras y, tras romper con su novio, está muy centrada en su carrera.

Kyle acaba de salir de la cárcel, está un tanto a la deriva, necesita reorganizar su carrera y, teniendo en cuenta que la última relación que tuvo fue la causa de que terminara en prisión, tampoco tiene planes de iniciar otra.

Por ello cabría suponer que ni uno ni otro tiene tiempo ni interés en aventurarse en una relación, pero también es cierto que “sobre aquella noche” quedaron muchas cosas pendientes, no sólo aquella cena.

 Ahora, nueve años después, tal vez es el momento de solucionarlo.

PROXIMAMENTE


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